Amigas, es una alegría ver un desfile como el de Haider Ackermann en una semana de la moda de París que me está resultando un pelín decepcionante, excepto por contadas marcas…pero aún queda tela que cortar y no vamos a darlo todo por perdido.
Estas propuestas van de lo masculino a lo femenino, pero siempre desde el lado oscuro e inquietante, con la chaqueta como protagonista.
Lo que me gusta de Haider es que no es fácil, pero sin ser extravagante, es misterioso, pero sin drama, es elitista, pero sin resultar cargante.
Especialmente bonitas me han parecido las faldas plisadas, y el brillo metálico de sus prendas, el bronce y el azul tinta.
Las transparencias sin tapujos contrastan con la solidez de otros materiales. La superposición y el juego de volúmenes también son importantes para dar vida a esta mujer urbana, enigmática y sensual.
En definitiva, un desfile con fuerza que me ha devuelto la fé en París.